En el marco del programa educativo “Wallenberg en la Escuela” el viernes 21 de agosto tuvo lugar una presentación en el Instituto Marc Chagall de la CABA, con 45 alumnos de 5to y 6to grado, docentes y directivos.
Como preparación previa a la actividad la licenciada Diana Liniado propuso la lectura de algunos testimonios de personas salvadas por Raoul Wallenberg alojados en el sitio web de la ONG.
Al utilizar este recurso preparatorio los alumnos disponían, al momento de comenzar la actividad, información clara y precisa sobre la gesta de nuestro héroe. Las preguntas e inquietudes, no tardaron en aparecer:
– ¿Por qué se considera que Wallenberg arriesgó su vida si estaba protegido por un pasaporte diplomático?
– ¿Cómo puede ser que él salvó tantos judíos y los judíos no lo salvaron a él?
– ¿Cómo hacían para rezar los judíos escondidos en los conventos?
– ¿Quién sabía cuál era un lugar seguro para refugiarse?
– ¿Cómo sabía Wallenberg que la persona que pedía ayuda no era un impostor que tenía la intención de denunciarlo?
Al comentar los distintos atributos y cualidades que permitieron a Wallenberg salvar vidas (sensibilidad, coraje, creatividad, audacia, capacidad para negociar) el entusiasmo fue tal que se improvisó una dramatización a partir de una de las diapositivas.
Algunos alumnos actuaron de nazis, otros jugaron a ser Raoul con sus acompañantes sentados frente a una mesa de negociación. ¿Qué negociaban? ¿A cambio de qué? ¿Cómo convencer o amenazar al enemigo? ¿Qué tipo de acuerdo se pudo haber firmado?
En un momento, expresando una sensación de impotencia frente al enemigo, uno de los chicos, dijo “guerra”. Fue la oportunidad para transmitir la importancia del rol cumplido por quienes se opusieron a la violencia, salvando vidas, sin armas, con la única convicción de que hacían su deber.
Durante la presentación se insistió en resaltar el denominador común que vincula a todos los salvadores, independientemente de su origen, oficio y creencias: todos sintieron que lo normal era ayudar.
Recordamos a los alumnos que en las circunstancias en las cuales los salvadores actuaron lo normal era matar, no salvar vidas.
A modo de cierre de la actividad, la licenciada Batia Wigutow, directora general del instituto, destacó la misión de la Fundación Raoul Wallenberg y la importancia de reconocer y honrar no sólo a las víctimas, sino también a todos aquellos que ponían en juego hasta sus vidas para salvar al prójimo en peligro.