Si bien nuestra misión en la Fundación es la de transmitir las historias de aquellas personas que se opusieron la barbarie, es importante comprender algo sobre esa barbarie para saber contra qué resisten los que se oponen.
Conocer el proceso que lleva a cometer atrocidades en masa puede ayudar en la prevención.
La comprensión de la violencia y del pasaje al acto requiere la intervención de diversas disciplinas: la historia, la antropología, la sociología, las ciencias políticas, la psicología e incluso la semiología.
En este espacio, interesa resaltar algunas condiciones siempre presentes y necesarias para la gestación de la violencia colectiva:
- A través de los Medios Masivos y alternativos de Comunicación, de las redes sociales, del cine, de libros y otras publicaciones; en las escuelas y en las reuniones extra escolares, en las obras que se suponen satíricas o de humor, en manifestaciones que se dicen culturales: se difunde una teoría prejuiciosa en la cual se presenta al otro como enemigo, traidor o nefasto para la sociedad o para “la patria”.
- Los ideólogos suelen ser políticos, intelectuales, artistas o religiosos, es decir personas relacionadas con las humanidades.
- Pueden existir reflejos democráticos suficientemente fuertes y alertas para frenar y penalizar el discurso incendiario.
- Sin embargo, cuando las sociedades no andan bien: desocupación, conflictos sociales, crisis política, la teoría prejuiciosa encuentra rápidamente adeptos. El “otro” es el responsable de los problemas de la sociedad (el judío, el musulmán, el inmigrante, el opositor, el traidor, el rebelde, etc.)
- La propaganda es usada como método para llegar por todos los medios posibles a la mayor cantidad de gente. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad. (Goebbels).
- La teoría prejuiciosa se va transformando en discurso racional justificado y colectivo: el otro es el enemigo.
- La estrategia incluye infundir miedo como método para obtener la sumisión a la ideología.
- Comienza a circular en la sociedad el “nosotros” y el “ellos”: se vulnera el lazo social.
- Crece la sospecha y la desconfianza: “¿Será de los nuestros o de los otros”? Se degrada la convivencia.
El momento en que se instala la lógica “está con nosotros o en contra”, se define la identidad según la pertenencia al “nosotros” y se quiebra el contacto con “los otros”: es un indicador de un potencial pasaje al acto violento.
A partir de lo expuesto, queda la reflexión sobre la importancia de trabajar con los jóvenes sobre las teorías prejuiciosas– que de manera directa o con mensajes subliminales- difunden una representación distorsionada de un supuesto enemigo al que hay que acusar y atacar.
Lic. Diana Liniado