El intendente Pablo Bruera descubrió esta tarde en la esquina de 10 y 51, un busto que recuerda la vida y obra de Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que salvó la vida de miles de judíos y otros perseguidos por el régimen nazi y sus aliados.
Bruera sostuvo que “este es un homenaje que le está haciendo todo el pueblo de La Plata, teniendo en cuenta que ha trabajado mucho por la paz y esta ciudad tiene toda una trayectoria en ese sentido”
La obra, donada por la fundación que lleva su nombre en el año del centenario de su nacimiento, pasará a engalanar el acervo histórico y artístico de la ciudad. Se trata de una pieza diseñada por el artista argentino Jerónimo Villalba, que la fundación Wallenberg donó a la ciudad para que las jóvenes generaciones hagan ejercicio de la memoria.
El busto, de 75 centímetros de altura, realza con singular precisión los rasgos de este héroe de la segunda guerra mundial quien, en una gesta humanitaria excepcional y en poco meses de labor, salvó la vida de miles de perseguidos por el nazimos y sus aliados de la Hungría ocupada por el Tercer Reich.
El lugar donde se descubrió el busto no es casual, ya que a partir de la ordenanza 10630, promulgada en noviembre de 2009, se designó con el nombre de Raoul Wallenberg al espacio público situado en calle 51 entre 9 y 10, frente al Teatro Argentino.
Wallenberg había nacido el 4 de agosto de 1912 y desapareció en el sistema carcelario soviético luego de ser detenido por el Ejército Rojo el 17 de enero de 1945. Su labor en la embajada de Suecia en Budapest, y con la ayuda de personal diplomático de Suecia y otros países, creo una red de protección y salvataje para auxiliar a la última comunidad judía europea intacta.
El Jefe Comunal estuvo acompañado en la oportunidad, por la embajadora de Israel, Dorit Shavit; la embajadora de Suecia, Charlotte Wrangberg; el titular de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, Eduardo Eurnekian y el fundador de esa fundación, Baruj Tenembaum, entre otras personalidades.