Dr. Andreas Nachama y Johanna Hopfengaertner, becaria de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg disertaron sobre inmigración judía.
Más de 40.000 judíos encontraron refugio en la Argentina en los años 1933-1939. Argentina es, después de los EE.UU. el país receptor más importante para los refugiados. Con respecto a la población, Argentina recibió el porcentaje más alto de refugiados de todos los países. Sobre las circunstancias del refugio y las condiciones en que se encontraron los emigrantes informó el martes pasado un seminario, llevado a cabo por el Instituto Goethe de Buenos Aires y la Fundación Internacional Raoul Wallenberg. Los disertantes fueron el Dr. Andreas Nachama, Ex – presidente de la comunidad judía de Berlín y director ejecutivo de la fundación Topografía del Terror y Johanna Hopfengaertner, estudiante de Historia de la Universidad Libre de Berlín y becaria de la mencionada fundación, que está elaborando su tesis final sobre la inmigración judía a la Argentina. Alrededor de cien personas, entre ellos muchos inmigrantes, siguieron las conferencias con notable interés.
El Dr. Nachama especificó a los presentes las razones que llevaron a los judíos alemanes a la emigración, que, aunque numéricamente de menor importancia, ya había existido antes de la llamada ”toma de poder” de Hitler. Nachama habló de una ”tensión entre el estado, la sociedad y los judíos” que ya se sintió durante la república de Weimar. Pero incluso después de 1933 la mayoría creía que se iba a efectuar un cambio político a corto plazo. Recién la creciente expulsión de la vida pública llevó a una ola más grande de emigración que, en aquél momento, se dirigió a otros estados europeos.
El Ex -Presidente de la comunidad judía señaló que incluso después de 1936 no habían perdido la esperanza. En ese entonces, durante los juegos Olímpicos de Berlín, el gobierno de Hitler mitigó las leyes de Nuremberg, que se habían promulgado un año antes. Al mismo tiempo se desarrolló, por causa de la creciente marginalización social, una sociedad judía paralela. Después de 1938 salir de Alemania se hizo cada vez más difícil. Muchas veces una salida exitosa exigió decisiones muy rápidas, a veces dentro de 24 horas.
Johanna Hopfengaertner describió las dificultades de los emigrantes para entrar a la Argentina. La crisis económica y las tendencias nacionalistas en la época de los 30 llevaron por primera vez de parte de las autoridades de inmigración, a una distinción entre una inmigración ”deseada” y los refugiados, dos categorías que se encuentran de igual manera en el debate actual alemán sobre inmigración. Quienes no tenían familiares en la Argentina se veían expuestos a decisiones muchas veces arbitrarias de los funcionarios.
Por qué los emigrantes eligieron Argentina como país destinatario? En muy pocos de los casos este país era el destino deseado por los emigrantes. Recién cuando los ingleses en Palestina y los Estados Unidos cerraron sus fronteras, Argentina ganó importancia como país receptor. La mayoría llego sin manejar el idioma y con escasos conocimientos del país y su cultura. No obstante, debido a la notable influencia europea de este país, muchos judíos alemanes, que habían encontrado refugio en los países limítrofes, decidieron más tarde establecerse en la Argentina.
La estudiante describió el trabajo del Hilfsverein, la actual A.F.I., fundado por judíos germanoparlantes en 1933, organización que se convirtió en un centro de escala para los inmigrantes. La integración económica de recién llegados se efectúo de manera rápida y con notable éxito, debido al auge económico de los años 40 y 50, al que los inmigrante hicieron un aporte significativo.
A las mujeres, el hecho de tener que adaptarse a un nuevo país les afecto de manera particular. En el entorno católico de aquella Argentina de los años 30, con sus conceptos rígidos de moral, tuvieron que renunciar a varios derechos y libertades por las cuales las mujeres europeas ya habían luchado y obtenido. No obstante fueron las mismas mujeres quienes en muchos casos aportaron de manera fundamental a la supervivencia económica y moral de sus familias.
El idioma y la cultura diferentes fueron los signos más visibles del desarraigo, por lo cual los emigrantes desde el comienzo prestaron mucha atención al mantenimiento de su tradición alemana. Jugó un papel decisivo en este contexto el diario ”Argentinisches Tageblatt”, no solamente por su oposición decidida contra el Nazismo de Alemania y la creciente influencia nazi en la Argentina, sino también por el hecho de brindar un pedazo de la ”patria perdida” en el exilio.
Así fue que una vuelta a Alemania se hizo impensable para la mayoría de los refugiados después de la segunda guerra mundial, por lo cual se produjo una creciente alienación de su país de origen, describió Hopfengaertner. No obstante se mantuvo un lazo fuerte, muchas veces idealizado, con la cultura alemana.
Traducción: FIRW