La Fundación Wallenberg se propone hallar y homenajear a los héroes que se arriesgaron a salvar a víctimas del Holocausto, a costa de su propia vida.
La propuesta que emprendió la Fundación Wallenberg podría titularse ”educar desde lo positivo de la tragedia”, es decir enseñar a las nuevas generaciones el horror del Holocausto pero con la mirada puesta en los salvadores de los judíos, gente común o diplomáticos de diversos países, religiones y credos, que se jugaron por ellos.
”Si a los chicos les gustan los ganadores, los superman, ¿por qué entonces no enseñar la Shoá desde los héroes que tendieron una mano solidaria, en lugar de mostrar exclusivamente las imágenes de las víctimas?”, se pregunta Baruj Tenembaum, fundador de la institución.
”Es importante que se enseñe con ejemplos reales -dice Tenembaum- mostrando personas que, aún conociendo las consecuencias que podía derivar de su acción, arriesgaron su vida”.
Aunque encontrarlos no es tan sencillo. Por un lado, porque quienes eran niños a fines de la Segunda Guerra Mundial, hoy son personas de más de 70 años. Y por otro, porque quienes fueron salva- dos no quieren recordar viejas heridas. ”Este es un obstáculo con el que reiteradamente tropezamos en la organización -se lamenta Tenembaum-, a muchos sobrevivientes les resulta demasiado doloroso relatar sus historias”.
Con el apoyo de 70 premios Nobel y más de 100 jefes de Estado, la Fundación internacional Wallenberg es la única en el mundo que investiga activamente historias desconocidas de salvadores del Holocausto.
El propósito de la búsqueda, además del educativo, es el de homenajearlos por su solidaridad y coraje cívico. Hasta el momento llevan ubicados a más de 22.000, en su mayoría católicos.
Para estimular y difundir esos valores, se está organizando un concurso literario sobre el tema y la instalación de una exhibición permanente en alguno de los museos más importantes. Además se está buscando un predio para construir el primer monumento en el mundo dedicado a salvadores del Holocausto.