El 25 de octubre de 2002 se inauguró el Museo Peshev en Bulgaria. Dimitar Peshev, funcionario del gobierno búlgaro durante la ocupación nazi, ayudó a salvar las vidas de miles de judíos búlgaros condenados al exterminio por el régimen nacional-socialista liderado por Adolf Hitler.
El museo funcionará en la misma casa en la cual Peshev nació en 1894 en la localidad de Kiustendil.
El Museo Peshev es auspiciado por la embajada de Israel en Bulgaria y a su apertura asistirán el Alcalde de Tel Aviv; el Alcalde de Kiustendil; el escritor Gabriel Nissim, autor de la biografía titulada ”El hombre que detuvo a Hitler”-traducida al inglés por el intelectual Israel Bouchouroff-; así como una delegación de doscientas personas de la comunidad búlgara de Israel.
De acuerdo a lo adelantado por Baruj Tenembaum, fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, al Canciller búlgaro, Solomon Passy, la FIRW se hizo presente en la ocasión mediante la donación de una medalla especialmente diseñada y acuñada en tributo al héroe búlgaro del Holocausto, obra que forma parte de una colección de preseas dedicadas a numerosos salvadores de la humanidad.
Además, la FIRW pondrá próximamente on line en su sitio de Internet una sección especialmente dedicada a Peshev, capítulo inicial de una vasta obra enciclopédica dedicada a retratar a los miles de salvadores que auxiliaron al prójimo durante los aciagos días del Holocausto.
Quién fue Dimitar Peshev
Dimitar Peshev era uno de los muchos políticos búlgaros partidarios de firmar una alianza con el régimen de Adolf Hitler, no tanto porque se sintiera atraído por las políticas del Tercer Reich sino porque estaba convencido de que esa era la forma mediante la cual Bulgaria podría recuperar las regiones perdidas en la guerra de los Balcanes de 1912-13. Por este motivo no dudó en apoyar las leyes raciales contra los judíos pedidas por el nazismo.
Sin embargo, un día Peshev recibió la visita de un viejo amigo judío de su infancia, quien le informó que detrás de las leyes raciales los nazis escondían el secreto propósito de deportar a todos los judíos de Bulgaria a campos de exterminio. Los trenes ya estaban listos en las estaciones esperando la orden de partir hacia Polonia.
La reacción de Peshev, un hombre acostumbrado a las mieles de la vida aristocrática, fue instantánea. Reunió a algunos miembros del Parlamento y, junto a ellos, irrumpió en las oficinas del Ministro del Interior a quien le exigió, con éxito, la revocación de la orden de deportación. Peshev sentía que las vidas de 50.000 personas -la totalidad de los judíos búlgaros- dependían exclusivamente de él.
Peshev continuó militando intensamente por la causa de los judíos y luego, también, de la democracia, cuyos valores descubrió al calor de la lucha contra el nazismo y sus atrocidades. Por su actitud fue despojado de su oficina en el Parlamento y vivió en peligro permanente.
Luego de la guerra activó a favor del alineamiento de Bulgaria con Occidente, y en contra de la inminente entrada de su país en la órbita soviética. Fue llevado a juicio y acusado de anti-soviético, así como de haber salvado a los judíos a cambio de dinero, a pesar de que sus amigos judíos testificaron en el juicio que el cargo era falso. Condenado a muerte, fue salvado por un milagro: a horas de ejecutarse la sentencia su abogado defensor pudo probar que en 1936, cuando era Ministro de Justicia, Peshev había salvado de la muerte a Damian Velchev, condenado por los nazis. Bajo el régimen soviético Velchev conducía el Ministerio de Guerra.
Finalmente fue condenado a quince años de prisión, cumplió sólo uno y vivió el resto de sus días pobre y olvidado por todos, excepto por los judíos búlgaros, quienes desde Israel -luego de una emigración en masa a finales de los años cuarenta- le enviaban dinero y se preocupaban por su pasar. Dimitar Peshev murió en Sofia el 20 de febrero de 1973.