Los alemanes hicieron llegar a los aliados unos mensajes que despejaron cualquier duda sobre la veracidad de la oferta y las amenazas transmitidas por Adolf Eichmann | Los judíos de Budapest lograron avisar a los británicos de la deportación inminente de 300.000 | EE.UU.: ”Entraremos en contacto con los alemanes siempre que el gobierno soviético esté de acuerdo”
Hacia julio de 1944 los alemanes, preocupados por la falta de noticias de Joel Brand, hicieron llegar varios mensajes por distintas vías que disiparon las pocas dudas que los aliados tenían todavía sobre la veracidad de la intención nazi de enviar un millón de judíos a España a cambio de 10.000 camiones y otros bienes. La oferta de Eichmann era tan cierta como su amenaza de que si los aliados no aceptaban el trato miles de judíos que estaban en Hungría tendrían en Auschwitz su destino final.
Fueron los servicios secretos norteamericanos en Suecia los que advirtieron a los británicos que el asunto blood for money no era una proposición exclusiva de Joel Brand. El 4 de julio de 1944 un escueto mensaje de Washington alertó a Londres de que ”una propuesta semejante a la de Brand está llegando de Estocolmo”. Sin embargo, a un tal agente Olsen, del Secret Intelligence Service (SIS) en Suecia, le pareció el asunto muy extraño, al tiempo que los servicios de inteligencia británicos consideraron que si se aceptaba el plan de los nazis aumentarían los casos de chantaje. ”Sabemos que los alemanes están a la búsqueda de divisas y que también pueden intentar cambiar judíos por prisioneros de guerra”, afirmaron quitando hierro al asunto.
Siete días después otro comunicado secreto norteamericano al Foreign Office en Londres aportó datos que abundaron en la confirmación de la amenaza de Eichmann y en la seguridad de que los judíos de Hungría serían exterminados. El mensaje se refería, entre otros aspectos, a un ”cable de Berna” que decía: ”Los judíos de Budapest no dudan de la deportación inminente de 300.000 judíos concentrados en casas y barrios de toda la ciudad, según informaciones del 18 de junio. Los alemanes admiten abiertamente que la selección de los que serán deportados se hará de la siguiente manera: a) hombres con capacidad de trabajo, b) mujeres y niños con capacidad de trabajo, c) todas las personas sin capacidad de trabajo y niños pequeños. No hay duda de que la última categoría será enviada a Auschwitz para ser exterminada, mientras que los dos primeros grupos serán usados para trabajos forzados en Alemania (…) Deberíamos hacer un esfuerzo para asegurar la salvación de un grupo inicial de 1.000 judíos con visas de tránsito españolas al menos para los niños, posibilidad que nos parece difícil desde muchos puntos de vista. Para hacerlo deberíamos hacer tratos con los españoles (…) Los judíos deportados en Hungría ya suman 400.000”.
En el más estricto de los secretos, los británicos informaron a Washington de que tenían ”informaciones de varias fuentes” que confirmaban ”las matanzas de judíos por los nazis” y añadieron que ”una solución para evitarlas pasaría por que los nazis expulsaran a los judíos en lugar de matarlos”, para lo que postularon la búsqueda de una fórmula que facilitara esa medida sin perjudicar la marcha de la guerra.
En ese marco, el ministro Anthony Eden propuso a Cordell Hull, su homólogo norteamericano y futuro premio Nobel de la Paz, un proyecto para neutralizar temporalmente las amenazas alemanas mientras meditaban si dejaban a Brand volver a Budapest para negociar.
Eden propuso:
”1.º) El gobierno suizo debe informar al alemán de que deben liberar a 1.500 niños judíos que pasarán temporalmente por Suiza.
2.º) 5.000 niños judíos de la Europa balcánica (Rumanía, Hungría y Bulgaria) deberían viajar de inmediato a Palestina acompañados de adultos. El gobierno alemán debería facilitar las visas para esos 5.000 niños judíos.
3.º) El transporte de refugiados judíos ha sido impedido por la falta de salvoconductos para los barcos designados para el transporte. Los alemanes deben dar vía libre.
4.º) En el pasado siempre comunicamos la lista de judíos que debían entrar en Palestina. Deberíamos continuar de esa manera”.
Esta opción fue estudiada por Washington, que contestó rápidamente aceptando en parte el plan de Eichmann: ”Secreto. De Washington a Londres. Estados Unidos está de acuerdo en que Brand regrese a territorio enemigo con el mensaje de que los aliados están comunicando sus propuestas al gobierno alemán a través de una tercera potencia. Se recuerda acuerdo de avisar a ESPAÑA (sic) de llegada de gran número de judíos. El gobierno suizo debe transmitir estas propuestas al alemán”.
En este momento pareció que finalmente británicos y norteamericanos encontrarían una solución para evitar el exterminio de los judíos balcánicos que los nazis deportaban a marchas forzadas. Pero quedaba Stalin por convencer y los anglo-norteamericanos no querían – así lo escriben en numerosos cables secretos- que el líder comunista sospechara ni por un momento que actuaban a su espalda. Podría decirse, a tenor de los textos desclasificados, que la URSS les preocupaba casi tanto como Alemania.
Así, al mensaje del embajador de Gran Bretaña en Washington que mencionó España y en el que transmitió la propuesta de la Casa Blanca, siguió otro emitido minutos después en el que el diplomático inglés explicó la posición de EE.UU. respecto a la URSS: ”Continuación del anterior. Le transmito el telegrama enviado (por el Departamento de Estado) al embajador de Estados Unidos en Moscú. Este gobierno (el estadounidense) está de acuerdo con el de Gran Bretaña en el análisis de la oferta Brand. Hemos decidido que entraremos en contacto con los alemanes a través de Suiza siempre que el gobierno soviético esté de acuerdo. Estamos diciendo a los alemanes que permitan salir a territorio neutral o aliado a los judíos que están en Alemania o en territorios ocupados. Han llegado propuestas similares a nuestras legaciones de Estocolmo y Berna”.
La buena voluntad fue insuficiente y todo se iría al traste.
España, epicentro de los planes alternativos
Las posibilidades de salvar a judíos húngaros se concretaron en las mismas fechas en otras propuestas paralelas que también pasaron por el pago de dinero a los nazis. El plan de Saly Mayer, delegado en Suiza del American Jews Joint Distribution Comitee, organización de ayuda a los judíos creada durante la I Guerra Mundial, pasaba por montar un convoy inicial con 1.000 judíos que saldría de Hungría hacia España. ”Se establecerán tres campos para 10.000 judíos húngaros cada uno en Alemania. Estos campos serán mantenidos con dinero de organizaciones judías: 500.000 francos suizos al mes. Gran número de los judíos de los tres campos deberán dejar Alemania pasando por España y cruzar el Atlántico. El éxito de esta propuesta depende del dinero para el mantenimiento de los campos y de la negociación para pasar por España”. Esta idea no funcionó, pero Mayer intervino en la salvación de 1.600 judíos que Kastner, rehén de Eichmann en Budapest, compró mientras Brand negociaba.