LA SALUD DE LA MENTE Y DEL CUERPO EN LA VIDA ESPIRITUAL
La ”dinámica mental” del padre Moreno se aplica a la recuperación humana integral en el centro ”Irenaika” de Maschwitz.
Llegar a Dios sin tirar el cuerpo como un envase desechable o simple chatarra es la meta de un abordaje espiritual de la mujer y del hombre en forma integral: cuerpo, psique, mente y espíritu.
Se trata del método de ”Dinámica Mental” que ideó el padre Horacio Fidel Moreno, fallecido el año pasado. Pero su obra de recuperación integral del ser humano continúa y en Ingeniero Maschwitz, en el kilómetro 42 de la Panamericana, funciona ”Irenaika” un centro integral para la persona humana. Allí, sin distinción de credos y en hermandad ecuménica, es posible asistir a cursos y convivencias, donde se atiende al alma, junto a la psique, la mente y el cuerpo, en armonía.
”Pero recuerde que no es un SPA sino que se trata de un centro donde se busca la formación del ser humano en su totalidad: cuerpo, psique y mente; el punto clave es el espíritu”, explicaron Inge Schön y Graciela Castelnovo, de la Fundación Conciencia y Ciencia, a ”Valores Religiosos”.
El lugar donde se levanta el centro es de ensueño, en medio de una añosa arboleda, sobre 14 hectáreas, y con instalaciones que permiten recuperar el cuerpo sano y la mente como ayuda en el camino hacia Dios.
”Irenaika” se abrió en 2002 como Centro Integral de Servicios a la Persona Humana, dependiente de la Fundación Conciencia y Ciencia. El religioso aplicó su método de ”Dinámica mental” que comprende al ser humano ”como una unidad dinámica, que se expresa en la animidad de su cuerpo y en la corporeidad en su espíritu”. Recordó que ”Dios asumió en su encarnación la totalidad de la naturaleza humana”.
Su espíritu de diálogo interreligioso también impregnó esta actividad que, recordó Inge, está abierta a todas las personas sin distinción de razas ni credos.
Moreno presidió la Casa Argentina en Israel, pionera del diálogo interreligioso, y también creó –junto a Baruj Tenembaum– la Fundación ”Wallenberg”.
Inge Schön y Graciela Castelnovo explicaron que el centro de Maschwitz parte de una rigurosa base científica que el padre Moreno llamó ”dinámica mental”, opuesta a cualquier idea de control mental, desde una perspectiva filosófica y teológica.
Rodeado por un paisaje bello y en un ambiente de silencio que invita a conectarse con lo más íntimo del ser, el centro Irenaika posee 40 habitaciones, austeras pero muy cómodas, con baño privado, aire acondicionado, escritorio y frigobar, con vista a tres jardines en claustro. El amplio comedor es como un mirador hacia el bosque, el auditorio tiene capacidad para 220 personas y hay un oratorio ecuménico. En medio de este último, se encuentra el Arbol de la Vida, símbolo de la vida eterna bien enraizada y con las ramas al cielo, que se abren a la luz de Dios.
Otras cinco habitaciones para matrimonios fueron construidas en silo de granos del siglo XIX, que fue remodelado. Además hay cinco aulas, un gimnasio con piso flotante, una pileta de natación cubierta y otra al aire libre, duchas escocesas y finlandesas, sauna, yacuzzi y gabinetes para masajes. A los vestuarios para ambos sexos y sala de aparatos se llega desde un hall, con fogón central, por un pasaje luminoso.
Junto a la entrada, la capilla de Fátima, diseñada por Claudio Caveri muestra el camino a Dios en un pasillo adornado con las bienaventuranzas combinadas con estaciones del Vía Crucis, en murales que pintó Marta Caveri.
El sitio web de la fundación es www.concienciayciencia.org.ar y los teléfonos de Inge Schön 4783 6171 y de Graciela Castelnovo 4792 2935