A 62 años de su desaparición
El rabino Bergman destacó su ejemplo
Raoul Wallenberg -el diplomático sueco que salvó a miles de judíos de los nazis en Hungría y desapareció hace 62 años en manos de tropas soviéticas- fue recordado ayer en un acto ante su estatua en avenida Figueroa Alcorta y Austria.
El rabino Sergio Bergman animó a continuar ”su ejemplo de vida” y a que al recordarlo ”no solamente hablemos de la Shoá, sino de esa dignidad del ser humano que no puede ser alienada en ninguna latitud, en ninguna cultura, en ningún régimen, en ninguna nación y para ningún hombre”.
El acto fue organizado por la Fundación Raoul Wallenberg; su director ejecutivo, Gustavo Jalife, presentó a los oradores. Antes de Bergman, hablaron el presidente de la entidad, Oscar Vicente, y Natalio Weingrower, vicepresidente.
Vicente recordó al presbítero Fidel Horacio Moreno, fallecido en diciembre último, que presidió la Casa Argentina en Israel Tierra Santa y la Fundación Wallenberg. Evocó su empuje, sabiduría, cultura y buen humor. Señaló que acompañó al fundador de ambas entidades, Baruj Tenembaum (presente en el acto), ”en la aventura de abrir caminos de diálogo entre las religiones desde comienzos de los años 60”.
Weingrower dijo que Buenos Aires fijó el 4 de agosto como día de recuerdo de este ”héroe sin tumba” y agregó que actos similares se hacían en Nueva York, Estocolmo y otras ciudades.
Bergman dijo que su sacrificio no fue sólo por los judíos, ”sino por la dignidad de lo humano que aún debemos restaurar”. Lo exaltó como un diplomático que usó su acción ”para la paz, la dignidad de la humanidad” y contrapuso su vida a otro caso: ”Aquí en Buenos Aires conocimos representaciones diplomáticas que justamente sembraron la destrucción, el odio y la muerte”.
Asistieron las embajadoras de Austria, Gudun Graf, y de Croacia, Miera Martinec; los embajadores de Alemania, Rolf Schumacher; del Reino Unido, John Hughes; de Rumania, Alexandru Micula, y de Eslovaquia, Vladimir Grácz, y diplomáticos de Suecia, Polonia, Hungría, Rusia, Suiza y Turquía.
Entre otros, estuvieron el rabino Simón Moguilevsky; el vicepresidente 1° de la DAIA, Angel Schindel; los escritores José Ignacio García Hamilton y Carlos Romero Sosa; Toti Flores, de Trabajadores Desocupados de La Matanza; los legisladores porteños Jorge Enríquez y Facundo Di Filippo; Patricia Bullrich; Tomás Kertesz y Laszlo Ladanyi, salvados por Wallenberg, y Miriam Kesler, sobreviviente del Holocausto.