noviembre 21, 2006

Cálida despedida al padre Fidel Moreno

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Padre Horacio Moreno

San Isidro (Buenos Aires), 21 Nov. 06 (AICA)

El viernes 18 de noviembre, una muchedumbre colmó el templo parroquial de Nuestra Señora de Fátima, en Martínez, en la misa exequial de cuerpo presente de quien fue su fundador y primer párroco, el presbítero Fidel Horacio Moreno, fallecido el jueves 17 a los 88 años. Fue una figura saliente en el diálogo interconfesional; durante los últimos 16 años presidió la Casa Argentina en Jerusalén Tierra Santa.

En la misa que concelebró con unos 20 sacerdotes, el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, destacó que el padre Moreno fue un sacerdote ”siempre fiel a la Iglesia y a Dios, que lo espera con los brazos abiertos”.

Entre otros, asistió el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

Presbítero Fidel Horacio Moreno

Nacido en Quilmes el 29 de mayo de 1918, el padre Moreno fue ordenado sacerdote en La Plata en 1942. En 1948 sufrió prisión por involucrárselo falsamente en una supuesta sublevación del líder laborista Cipriano Reyes. Aprovechó su forzosa inactividad para estudiar Derecho y se graduó de abogado en la Universidad de Buenos Aires. También se licenció en Teología Pastoral en el Instituto Católico de París y en Derecho Social en la Sorbona. Monseñor Casaretto destacó cómo sintetizaba en sí la fe católica con la cultura de su tiempo.

En Martínez, a comienzos de los años 50, el padre Moreno celebraba la misa en la capilla de las Siervas de Jesús, que atienden a enfermos. Luego, empezó a reunir una comunidad que asistía a las misas que celebraba en un gimnasio de la casa del señor Salomón Salmún, de filiación judía, lo que dio indicios de su temprana vocación por el diálogo interconfesional.

El padre Moreno logró comprar un terreno sobre la avenida Libertador y en 1956 puso la piedra fundamental de la iglesia de Fátima, antes de que se creara el obispado de San Isidro y la misma parroquia. Se llamó a concurso, con un jurado que presidió el arquitecto Alberto Prebisch. El proyecto seleccionado, del arquitecto Claudio Caveri, fue un modelo avanzado, antes del Concilio Vaticano II, en lo arquitectónico y lo litúrgico; colocó el altar en el centro del templo, confluyendo hacia él los fieles desde cuatro ángulos. Fue inaugurado en 1959, al igual que el vecino Teatro de la Cova. En 2002, la provincia de Buenos Aires lo declaró monumento histórico.

Activo, entusiasta, el padre Moreno impulsó importantes iniciativas en la zona; entre ellas, una guardería infantil y un hogar para la tercera edad. Sobre la base del Colegio Acassuso, que iba a cerrar, creó el Instituto Nuestra Señora de Fátima, con diversos niveles de educación. Y dictó clases de dinámica mental, a los que asistieron miles de personas.

Sus conocimientos de psicología los puso al servicio de su misión de sacerdote, integrándolos en retiros espirituales, para los cuales creó una casa en Ingeniero Maschwitz. Devoto de la Virgen de Fátima, a la que encomendaba sus actividades y de cuyo santuario en Portugal hizo traer una imagen al inaugurar el templo de Martínez en 1959, el padre Moreno estuvo en plena actividad en su ministerio sacerdotal hasta pocas semanas antes de morir.

Presidía la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, creada en la Argentina. Su fundador, Baruj Tenembaum, dijo: ”Con el padre Moreno se va uno de los más cabales y auténticos representantes del diálogo interconfesional”. En esa entidad lo reemplazará el ingeniero Oscar Vicente, dirigente empresario. En septiembre pasado, el padre Moreno se había visto imposibilitado, por razones de salud, de viajar a Roma con una delegación de la Fundación Wallenberg que saludó al papa Benedicto XVI.

El sepelio se realizó el viernes, al mediodía, en la casa de ejercicios espirituales monseñor Antonio María Aguirre, en Victoria, provincia de Buenos Aires.+ (Jorge Rouillón)