Ante-Proyecto:
”Paseo y Monumento a los Salvadores del Holocausto”
Fundación Internacional Raoul Wallenberg – Asociación Casa Argentina en Israel Tierra Santa / Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires / Universidad de Buenos Aires
Proyecto: Arqs. Claudio Vekstein y Nora Vitorgan Maltz
Colaboradores: Arq. Ariel Jacubovich, Frank Arnold, Pablo Peirano,
Santiago Bozzola, Malca Mizrahi, Renders: Arq. Atilio Pentimalli.
Memoria Descriptiva
La Institución
La Ascociación Casa Argentina en Israel Tierra Santa, representante en Argentina de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg proyecta erigir el ”Paseo y Monumento a los Salvadores del Holocausto”, obra arquitectónica que pretende ser indicativa del ideario fundacional de la institución, pretendiendo llegar a la comunidad con un mensaje de paz y convivencia, a través de un espacio público y de libre acceso. Los Salvadores del Holocausto son quienes, a riesgo de sus vidas o pérdida de la libertad, salvaron vidas del exterminio durante el Holocausto (23 de marzo de 1933 – 9 de mayo de 1945). Oskar Schindler es el más conocido de todos ellos; Raoul Wallenberg, el más prominente: el diplomático sueco Raoul Wallenberg, quien salvara la vida de 100.000 judíos húngaros entre julio de 1944 y enero de 1945, cuando desapareció secuestrado por el ejército soviético, desconociéndose aún su destino.
Con el aval de las más prestigiosas instituciones del mundo dedicadas a preservar la memoria de lo que fuera uno de los capítulos más oscuros de la humanidad y, a la vez, uno de los más notables por las muestras de heroísmo y valentía de quienes hicieron el bien sólo para ayudar a su semejante, este proyecto cuenta asimismo con la plena adhesión de los países de los salvadores, ya que de los 15670 Salvadores es Polonia el país al que pertenecen la mayor cantidad (5.134) los Países Bajos (4.068), Francia (1677), Ucrania (1042) y Bélgica (954), entre los 34 países de la nómina completa.
El Proyecto
En un sector del área de la ribera sobre el Río de la Plata se desarrolla este proyecto para el Espacio Público Conmemorativo: ”Paseo y Monumento a los Salvadores del Holocausto”. La localización de este espacio, surgida de común acuerdo con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dentro del Área de la Ribera del Río (más precisamente en uno de los extremos centrales del ala derecha del sector costero de la Ciudad Universitaria, en la saliente norte que forma uno de los laterales de la desembocadura del Arroyo Vega), resulta muy adecuada en relación al objetivo que para ello se propuso.
La situación aislada de este fragmento triangular en dos de sus caras por las aguas del Río, favorece además la continuidad del Paseo Costero por detrás, tal como surge del resultado del ‘Concurso de Ideas para el Área de Ciudad Universitaria’ organizado para el ordenamiento general y desarrollo del Área, permitiéndole funcionar a la vez que integrado al Conjunto Parque de la Memoria (Monumentos a las Víctimas del Terrorismo de Estado, y a la Paz y la Convivencia), de forma mas independiente y protegida, acorde a su carácter.
Puesto en directa relación a la amplitud e inmensidad del horizonte del Río de la Plata, será propicio a la función espiritual contemplativa y reflexiva que lo anima, pretendiendo ser por un lado, indicativo de la idea matriz de la Institución: a través de la amplitud espiritual, promover el Diálogo, el Entendimiento y la Paz entre las personas y los pueblos, y el encuentro de los diferentes credos. Por otro lado y fundamentalmente, el Paseo-Monumento será efectivo Homenaje de las muchas naciones junto con los sobrevivientes del Holocausto- a quienes salvaron cientos de miles de vidas de judíos de una muerte segura durante la Segunda Guerra Mundial.
Más concretamente, el ‘Paseo y Monumento a Salvadores del Holocausto’ comprende varios elementos bien definidos a la vez que integrados: un camino/pasarela lateral rodea el Monumento, separado de éste en su tramo inicial por una asequia de agua y un muro bajo ascendente de hormigón armado, verdadera línea divisoria de actitudes; atravesándola, se accede pues al Sendero de los Justos, que se desarrolla a través de leves movimientos de tierra en forma de terraplenes, amplios caminos que hundiéndose en las suaves elevaciones del terreno, van ascendiendo en un lento recorrido siempre paralelo al borde del Río, ocultándolo por el momento en sucesivos horizontes… Allí se va descubriendo, en la extensa masa fluctuante y densa de miles de ladrillos especialmente horneados que componen los solados rojizo/amarronados, en el número individuado de 15670 ‘Justos Salvadores de la Humanidad’.
Se accede luego, a través del último tramo de suelo cerámico abovedado y fraccionado (techo del Recinto/Capilla), orientado directamente a Jerusalem, a una contemplación frontal del desmesurado horizonte del Río -de carácter ya mas bien individual-, el Conjunto Monumental elevado, tres piezas de hormigón armado compuestas (rampa de acceso, gran plataforma inclinada, y rampa de descenso), tensionadas entre sí en un gran esfuerzo de sustentación mutua. Siguiendo pues el recorrido, se desciende por un lado, justamente debajo y delineado triangularmente por este Conjunto, al Espacio del Encuentro efectivo entre las personas, plataforma plana con lugares de asiento en hileras oblicuas orientados también al horizonte y a Jerusalem, lugar de confluencia de las tres grandes religiones, suerte de pequeña capilla ecuménica al aire libre -aunque protegida debajo del monumento-, con capacidad para más de 200 personas en caso de actos, reuniones, etc.
Al otro lado de la rampa, se puede acceder finalmente al Recinto de los Salvadores, más restringido y semi-enterrado, casi en penumbra y vacío, verdadero espacio de recogimiento individual, continuando el descenso rampado fuertemente hacia el Mural Conmemorativo norte (sostén del Conjunto Monumental elevado) donde confluyen tanto la luz que penetra por la fractura entre el techo abovedado y la rampa de acceso al Conjunto, y el agua de lluvias recogida de los terraplenes de los Justos que asciende por debajo del muro desde el canal lateral al mismo: allí pueden leerse grabados directamente en el hormigón, por la innumerable huella de tablones de encofrado previamente devastados, cada uno de los 15670 Salvadores.
Volviendo al exterior, y siguiendo la pasarela inicial, se llega a la pequeña Playa de Piedras -que disipa la presencia numérica y finita de los Salvadores, extendiéndola…-, sendero que se continúa luego con sus muretes hundiéndose suavemente debajo mismo del Río. Este lugar de mayor quietud -como las mismas aguas del Río con las que toma contacto-, queda perfectamente protegido por el alto muro de piedra que conforma la explanada de Paseo Costero del ‘Parque de la Memoria’.
El Proyecto busca, con su propio carácter, ponerse del lado del Río, nutrirse de su inexorable fuerza, su inmanente carácter conmovedor, de (solo) aparente sólida quietud, de movimiento lento pero seguro y definitivo…; adopta un pleno sentido de borde, poniéndose pues al borde, el verdadero riesgo, de sí mismo, por lo otro… y todo aquello que aparece como textura no es sino su propio texto: la textura de la memoria.
CV-NVM, Buenos Aires, Agosto 2001
(Ante-Proyecto General año 1999)