Miércoles 26 de abril. La Fundación Internacional Raoul Wallenberg honró a cinco Salvadores de Países de habla portuguesa junto con los Consulados de Portugal y Brasil en Nueva York, en el Día de la Memoria del Holocausto. La ceremonia de homenaje tuvo lugar el miércoles 26 de abril en el Consulado Brasileño, ubicado en 1185 Avenue of the Americas.
Los Salvadores honrados incluyeron a los Diplomáticos Portugueses Alberto Carlos de Liz-Teixeira Branquinho, Carlos de Almeida Sampayo Garrido y Aristides de Sousa Mendes, y a los diplomáticos brasileños Luiz Martins de Souza Dantas y Aracy de Carvalho-Guimaraes Rosa.
José Alfredo Graça Lima, Cónsul General de Brasil, y Alexandre Almeida Fernandes, Cónsul General de Portugal, abrieron el acto con observaciones sobre las nacionalidades brasileñas y portuguesas. Fue leída una carta enviada por el actual Cónsul Portugués en Budapest y Abigail Tenembaum, vicepresidente de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, resaltó la importancia de recordar y honrar a los salvadores, quienes representan un legado positivo de la guerra. Los discursos fueron cerrados por Joao Crisóstomo, quien invitó a los invitados a aprender más sobre esos diplomáticos viendo la serie de documentos que él estuvo coleccionando a través de los años y que estaban en exhibición en el evento.
Asistió el embajador Felix G. Rohatyn, quien prestó servicios como embajador de los Estados Unidos en Francia entre 1997 y 2000, y fue salvado por Luiz Martins de Souza Dantas, durante la Segunda Guerra Mundial. Judith Saly, una húngara que pudo escapar gracias a un pase estampado por la Delegación Portuguesa en Budapest, también estuvo presente.
Sobre los Honrados
Luiz Martins de Souza Dantas
Embajador brasileño en Francia, 1940. Extendió visas a cientos de Judíos en la Francia ocupada después de la invasión Nazi en 1940, poniendo en riesgo su carrera diplomática. Souza Dantas estaba a cargo de la misión diplomática brasileña en Francia de 1922 a 1944. Conmovido por lo que luego llamó ”un sentimiento cristiano de piedad”, otorgó visas diplomáticas para entrar a Brasil a cientos de personas que estaban escapando del Nazismo. Con estas acciones, Souza Dantas salvó cerca de 800 personas del exterminio. En junio de 2003 fue proclamado ”Justo entre las Naciones”.
Aracy de Carvalho-Guimaraes Rosa
Ayudante del Embajador Brasileño en Berlín. Rosa extendió 80 visas a perseguidos en Berlín, salvando así muchas vidas. Por sus acciones, Rosa recibió el premio de ”Justo entre las Naciones”.
Aristides de Sousa Mendes
Cónsul General de Portugal en Bordeaux en 1940. Extendió más de 30.000 visas-salvadoras Portuguesas. Diez mil fueron para judíos y 20.000 fueron para otros refugiados. Mendes salvó a la familia real Habsburg entera, incluyendo a la Emperatriz Zita. También salvó al gabinete belga en el exilio. Mendes condujo personalmente a cientos de judíos refugiados a través de un puesto de control de la frontera española. Todas estas actividades para salvar vidas fueron hechas en contra de las órdenes y las políticas de su gobierno. Fue despedido y perdió todas sus propiedades. Murió en la pobreza en Lisboa en 1954. En noviembre de 1995, Portugal restauró su carrera y lo premió con una medalla especial por salvar vidas. Fue el primer diplomático reconocido por el Museo del Holocausto de Jerusalén (Yad Vashem).
Carlos de Almeida Afonseca Sampayo Garrido
Ministro Plenipotenciario, Embajador de Portugal en Budapest de 1939 a 1944. El Dr. Garrido ayudó a un gran número de judíos húngaros que fueron a la misión diplomática portuguesa en 1944 en busca de protección portuguesa. Junto a Branquinho, su sucesor, alquiló causas y departamentos para ocultar y proteger refugiados de la deportación y el asesinato. Fue un instrumento para establecer la política de protección de judíos portugueses en Hungría. En mayo de 1944 fue enviado a Suiza y en numerosas ocasiones intervino a favor de judíos desde su función en Suiza.
Alberto Carlos de Liz-Teixeira Branquinho
Encargado de Negocios en Budapest en 1944. Obtuvo permiso del gobierno portugués para extender salvoconductos para todas las personas que tuvieran parientes en Portugal, Brasil o en las Colonias Portuguesas. Después del 15 de octubre de 1944 hubo una gran demanda de estos documentos. Branquinho fue autorizado para extender 500 salvoconductos, pero de hecho, entregó más de 800. Luego, los portugueses establecieron varios salvoconductos para refugiar a los 800 judíos protegidos. A pesar de los constantes ataques hechos por el Arrow Cross húngara, las casas portuguesas permanecieron relativamente intactas durante la guerra. Él también estableció una oficina de la Cruz Roja Portuguesa en la embajada portuguesa para ocuparse de los judíos refugiados.