La siguiente carta enviada por el Arzobispo Demaskinos al Primer Ministro K. Logothetopoulo es un monumento de coraje, dignidad nacional y respeto a los ideales humanitarios.
Este histórico documento, único en los anales de la Europa ocupada, fue firmado por representantes de las principales instituciones y organizaciones en nombre del pueblo griego. Firmarlo en esos oscuros tiempos requirió ”virtud y coraje” .
Al Primer Ministro
Sr. K. Logohetopoulos
ATENASSeñor Primer Ministro,
El pueblo griego fue dolorosamente sorprendido al saber que las Autoridades de Ocupación griega han empezado a poner en efecto el programa de deportación gradual de la comunidad judía de Salonika a lugares fuera de los límites nacionales, y que los primeros grupos de deportados están en camino a Polonia. La pena del pueblo griego es particularmente profunda por lo siguiente:
Según los términos del armisticio, todos los ciudadanos griegos, sin distinción de raza o religión, deben ser tratados por igual por las Autoridades de la Ocupación.
Los judíos griegos han probado no sólo valiosa contribución al crecimiento de la economía del país, sino también ser ciudadanos que cumplen con la ley y entienden por completo sus deberes como griegos. Hicieron sacrificios por Grecia y estuvieron siempre en la primer línea en las luchas de la nación en la defensa de sus históricos e inalienables derechos.
La lealtad a la letra de ley puesta de manifiesto por la comunidad judía de Grecia niega a priori cualquier cargo en que se los pueda implicar o en acciones que puedan poner en peligro aún levemente a las autoridades militares de la ocupación.
En nuestra conciencia nacional, todos los hijos de madres griegas son una unidad inseparable: son igualmente miembros del cuerpo nacional, independientemente de sus diferencias religiosas o dogmáticas.
Nuestra Sagrada Religión no reconoce cualidades superiores o inferiores basadas en la raza o religión, como está escrito: ”No hay ni judíos ni griegos” (Gal. 3:28), y condena cualquier tentativa de discriminación o la creación de diferencias raciales o religiosas.
Nuestra fe común, tanto en días de gloria como en períodos de desgracia nacional, forjaron lazos inseparables entre todos los ciudadanos griegos, sin excepciones, independientemente de la raza.
Ciertamente, no estamos desinformados acerca del profundo conflicto entre la nueva Alemania y la comunidad judía; sin embargo, no intentamos transformarnos en defensores o jueces del mundo de la judería en las altas esferas de la política y las relaciones económicas. Hoy estamos interesados por el destino de 60.000 de nuestros ciudadanos, quienes son judíos. Por un largo tiempo, hemos vividos juntos en esclavitud y en libertad, y hemos venido a apreciar sus sentimientos, su actitud fraternal, su actividad económica y, lo más importante, su indudable patriotismo. Es evidencia de este patriotismo el gran número de víctimas sacrificadas por la comunidad judía griega, sin arrepentimiento y sin vacilación, en el altar del deber cuando nuestro país estuvo en peligro.
Señor Primer Ministro,
Estamos seguros de que nuestros pensamientos y sentimientos sobre el gobierno en este asunto concuerdan con aquellos del resto de la nación griega. También confiamos en que ya han sido dado los pasos necesarios ante las Autoridades de Ocupación para que éstas interrumpan las graves e inútiles medidas que procuran deportar a los miembros de la comunidad judía de Grecia.
Esperamos, a su vez, que le hayan aclarado a aquellos en el poder que tal duro tratamiento a los judíos de otras nacionalidades en Grecia hace que la medida instituida sea más injustificable y moralmente inaceptable. Si por razones de seguridad se justifica, pensamos que es posible sugerir alternativas. Otras medidas pueden ser tomadas, tales como detener a la población activa masculina (sin incluir a niños ni ancianos) en un lugar específico del territorio griego bajo la vigilancia de las Autoridades de Ocupación, con lo cual se garantizaría la seguridad frente a cualquier peligro y, al mismo tiempo, se salvaría de la deportación a los integrantes de la comunidad judía de Gracias. Además, quisiéramos remarcar, si fuera solicitado, que el resto de la población griega estaría dispuesta a ayudar, sin vacilar, a sus hermanos necesitados.
Esperamos que las Autoridades de Ocupación tomen conciencia a su debido tiempo acerca de la inútil persecución de los judíos Griegos, quienes están entre los más pacíficos y productivos elementos del país.
Si, sin embargo, ellos insisten en esta política de deportación, creemos que el Gobierno, como autoridad política responsable del país, debería tomar una postura clara frente a estos eventos y dejar que los extranjeros soporten la responsabilidad de cometer tan obvia injusticia. Hagamos todo lo posible para que nadie se olvide de las acciones tomadas durante estos difíciles tiempos, aún aquellas que yacen más allá de nuestro deseo y poder, pues serán valoradas algún día por la nación y serán juzgadas por la historia. En ese eventual tiempo de juzgamiento, la responsabilidad de los líderes pesará fuertemente en la conciencia de la nación si hoy no son capaces de evitar tan injustas medidas, como la deportación de judíos Griegos, un insulto para nuestra unidad y honor nacional.
Respetuosamente,
Damaskinos
Arzobispo de Atenas y GreciaA continuación las firmas de los líderes de las principales instituciones y organizaciones:
Presidente de la Academia de Atenas, Rector de la Universidad de Atenas, Rector de la Escuela Politécnica de Atenas, Rector del Secundario de Estudios Económicos, Presidente de la Asociación Médica de Ática, Presidente del Cuerpo de Abogados de Ática, Presidente de la Unión de Notarios de Atenas y el Egeo, Presidente de Unión de Periodistas, Presidente de la Asociación de Autores Griegos, Presidente de la Asociación Cultural, Presidente de la Cámara de Comercio del Pireo, Presidente de la Cámara de Profesionales de Atenas, Presidente de la Asociación Griega de Químicos, Presidente de la Asociación de Farmacéuticos Griegos, Presidente de la Asociación de Dentistas, Presidente de la Cámara de Artesanos de Atenas, Presidente de la Asociación de Farmacéuticos del Pireo, Presidente de Actores Griegos, Presidente de la Asociación de Comerciantes de Atenas, Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Atenas, Vicepresidente de la Unión de Críticos Teatrales y Musicales de Grecia, Presidente de la Asociación Médica de Calitea, Secretario General de la Asociación Panhelénica de Dentistas, Presidente de la Unión Industrial Griega, Director General de la Organización de Refugiados, Director General de la Organización Social de la Salud.
Fuente:
”Chronika,” el diario de la Judería Griega, 1984.