Prohibia la llegada de refugiados judios
La Circular 11 fue descubierta en 1997 en un archivo olvidado de la embajada argentina en Estocolmo por la académica argentina Beatriz Gurevich y revelada por el escritor Uki Goñi en su libro ”La auténtica Odessa”.
Un pedido de derogación de una orden secreta del gobierno argentino que prohibió la llegada de refugiados judíos durante el Holocausto ha recibido la adhesión de antiguas víctimas de esa orden así como de algunas de las más importantes figuras de la cultura argentina.
La Fundación Wallenberg solicitó al Canciller Rafael Bielsa la apertura y derogación de la misma.
Entre las adhesiones recibidas al pedido de derogación figuran las de los autores Marcos Aguinis, José Ignacio García Hamilton, Sylvina Walger y Carlos Escudé, y la de periodistas tales como Joaquín Morales Solá, James Neilson, Nelson Castro, Daniel Muchnik, Isidoro Gilbert y Andrew Graham-Yooll.
El pedido también recibió la adhesión de instituciones judías
y de personas que sufrieron la prohibición de entrar al Argentina en aquellos años.
En una carta dirigida a Bielsa, Goñi dice que la ”Circular 11” fue dictada secretamente por el Canciller José María Cantilo en el año 1938, y que su propio abuelo, Santos Goñi, cónsul argentino en el exterior durante la Segunda Guerra Mundial, la aplicó denegando visas a quienes ”huían del Holocausto, condenando a muchos a una segura
muerte en esos años terribles”.
”¡Qué circular ignominiosa, y absolutamente contraria al espiritu de nuestra Constitucion alberdiana!” escribió el historiador José Ignacio García Hamilton en su adhesión.
”Si tú haces el mea culpa por tu abuelo, el canciller debería poder hacerlo en representación del Estado culpable al que representa,” dijo por su parte el académico Carlos Escudé.
”El Estado debe pedirnos disculpas, a todos, judíos y no judíos por esa infamia,” dijo el periodista Isidoro Gilbert en su adhesión.