Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el embajador de Polonia -en representación de su país- y la Fundación Internacional Wallenberg, visitaron a la heroína polaca Juana Dylag, en su casa de Bernal, donde vive desde 1948.
Esta mujer de 82 años formó parte del ejército polaco y de la resistencia clandestina, durante la ocupación de las fuerzas nazis. Su valor le salvó la vida a una familia judía, por lo que fue condecorada por distintos países.
El embajador polaco, Slawomir Ratajski, le entregó un ramo de rosas rojas y Alicia Graisman, representando a la Fundación Wallenberg, también le hizo entrega de un obsequio.
La agasajada se mostró emocionada y agradecida. ”Estoy verdaderamente chocha. Lástima que mi marido no viva para ver esto”, expresó a la agencia de noticias Nova.
Junto al Embajador, Dylag recordó distintas vivencias de Polonia. Por su parte Graisman, destacó la valentía de esta dama que nunca ha perdido la humildad, más allá de la trascendencia de sus actos en defensa de los derechos humanos.
”La intención de esta visita fue reconocer y homenajear a una mujer que con su valor dejó en evidencia el rol fundamental que desempeñaron muchas mujeres en un momento tan difícil como la Segunda Guerra Mundial”, remarcó Alicia Graisman.
Uno de los momentos más difíciles de Dylag fue cuando estuvo 4 días bajo los escombros en 1944 durante el levantamiento de la ciudad de Varsovia.
Allí Juana luchó en la resistencia clandestina, donde sin saberlo, también participaban su hermano y su tío. ”Fue terrible, los nazis devastaron casa por casa”, recuerda.
Luego de la guerra estuvo en Italia, donde conoció a su marido, también sargento del ejército polaco. De allí partieron a Inglaterra, hasta que viajaron a Argentina.
Juana no volvió a Polonia hasta 1967. ”Mi mamá me pedía por carta que no regresara. Era por el peligro del régimen comunista. Me escribía como si fuese una amiga, en lugar de hacerlo como madre, para evitar problemas”, contó.
El año pasado, el Gobierno polaco condecoró a Dylag con una medalla de Jan Karski, héroe de la resistencia polaca y primer testigo del Holocausto.
En 1992 había recibido el título honorario de ”Justo entre las Naciones”, distinción que otorga el Estado de Israel a las personas no judías que salvaron judíos durante la Shoá.
Gracias a Juana, personas como Felicia Erlich y sus hijas Danuta e Irena salvaron sus vidas de la persecución nazi. Esta familia vivió durante dos años oculta en su departamento.
La fundación Raoul Wallenberg es una organización no gubernamental, cuya misión es desarrollar emprendimientos educativos basados en las acciones heroicas de los Salvadores del Holocausto.
En sus sedes de Nueva York, Jerusalén y Buenos Aires promueven la difusión de las conductas de personas cuyo ejemplos y modelos de vida estén fundamentados en los valores de solidaridad, coraje y verdad; como los del diplomático sueco Raoul Wallenberg.