El 14 de junio de 2016 la Fundacion Raoul Wallenberg descubrió una placa declarando e identificando a la parroquia de San Gioacchino en Prati, en Roma, como Casa de Vida. Decenas de niños fueron escondidos y salvados allí durante el Holocausto.
Entre los asistentes y oradores estuvieron el Padre Ezio Marcelli, sacerdote que realizó la investigación; Miriam y Gianna Moscati, hijas de una de las personas rescatadas; Enrico Modigliani de Proyecto Memoria; Claudio Procaccia, Director del Departamento Beni e attività culturali de la Comunidad Judía de Roma y Gennaro Colangelo, profesor de la Universidad Lumsa. En San Gioacchino 35 personas fueron salvadas, individuos judíos y refugiados políticos. La ceremonia fue un tributo a los salvadores. El padre Antonio Dressino y Suore Margherita Bernès, así como a Pietro Lestini y a su hija Giuliana.
Casas de Vida es un programa educativo creado y desarrollado por la Fundación Raoul Wallenberg. Se puso en marcha en 2014 y tiene como objetivo identificar locaciones que sirvieron como refugio a perseguidos por el nazismo y sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Hasta el momento, la Fundación Raoul Wallenberg, ONG presidida por Eduardo Eurnekian y creada por Baruch Tenembaum, ha localizado centenares de edificios privados e instituciones que reúnen los requisitos para ser declarados Casa de vida. Además de Roma se han identificado Casas de Vida en Francia, Polonia, Grecia, Alemania y Dinamarca, entre otros países.
En casi todos los casos, los refugiados eran en su mayoría niños cuyos padres fueron hechos prisioneros en campos de concentración. Estos niños fueron protegidos hasta el final de la guerra cuando se reunieron con sus familiares que habían sobrevivido. Este es el caso de Emmanuel y Raffaele Pacifici, hijos del rabino Riccardo Pacifici Reuven de Génova (asesinado por los nazis), protegidos por las Franciscanas Misioneras de María, en Florencia. Un nieto de ellos es el actual presidente de la comunidad judía de Roma.
El propósito del programa «Casas de Vida» es identificar y honrar a quienes ayudaron a personas en necesidad arriesgando su propia vida, así como la vida de su familia y amigos. Hay lugares públicos tales como conventos, monasterios, iglesias, escuelas y casas de propiedad privada, donde judíos perseguidos por los nazis fueron protegidos y se les brindo alimentos y medicinas. «Setenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial esta propuesta educativa tiene un impacto ya que reconoce y premia a quienes arriesgaron todo para ayudar a sus semejantes», dijo Eduardo Eurnekian.
El programa se lleva a cabo en toda Europa con la cooperación de Aleteia, una agencia de noticias católica, y la participación de Silvia Costantini y Jesús Colina.