Madrid, 28 sep (EFE).- El diplomático Sebastián Romero Radigales se convertirá el martes en el séptimo español en ser nombrado Justo entre las Naciones, el máximo reconocimiento que otorga Israel a aquellos que ayudaron a los judíos durante la II Guerra Mundial.
Cónsul general de España en Atenas entre los años 1943 y 1944, Romero Radigales salvó de la muerte a varios centenares de sefardíes de la capital griega y de la ciudad de Salónica (Grecia).
Como reconocimiento a su labor, Israel otorgó al diplomático español -a instancias de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg- el reconocimiento de Justo entre las Naciones.
El día 30 de septiembre se celebrará un acto en Jerusalén, en la institución israelí dedicada a la memoria del Holocausto, Yad Vashem, al que asistirán familiares del diplomático y representantes del centro Sefarad-Israel de España.
Sebastián Romero Radigales, considerado como el «Schindler español», llegó a Atenas en 1943 como nuevo jefe de la legación diplomática española, cuando Grecia ya estaba bajo ocupación alemana y recién empezada la deportación de los judíos de Salónica a Auschwitz.
Según recuerda el Centro Sefarad-Israel, los alemanes consintieron que no se deportara a los judíos poseedores de la ciudadanía italiana y española, con la condición de que regresasen a sus respectivos países.
Mientras que los judíos italianos se salvaron y pudieron volver a Italia, aquellos que tenían la nacionalidad española se toparon con la reticencia del régimen autoritario de Franco para permitirles ser repatriados.
Con esta situación se encontró Romero Radigales a su llegada a Atenas en 1943.
En una carta del 15 de abril de ese año, escrita poco después de su llegada, agradecía al entonces ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Gómez-Jordana, el nombramiento e indicaba que estaba ocupado arreglando la repatriación de 510 judíos de Salónica que tenían ciudadanía española, explica el Centro Sefarad-Israel.
A pesar de las instrucciones del ministro de «mantener una actitud pasiva y evitar toda iniciativa personal», Romero Radigales continuó negociando incansablemente a favor de los judíos con las autoridades alemanas y españolas.
El 13 de agosto de 1943 un grupo de 637 judíos con la nacionalidad española llegaron a Bergen-Belsen, antiguo campo de concentración nazi situado en el estado alemán de Baja Sajonia.
Romero Radigales continuó sus esfuerzos para proteger a esas personas, hasta que finalmente el régimen franquista cambió su posición y permitió el traslado del grupo al protectorado español de Marruecos.
Los documentos de viaje llevaban la firma de Romero Radigales, explica el Centro Sefarad-Israel.
Issac Revah, por entonces un niño, recuerda cómo se les permitió abandonar el campo en febrero de 1944.
«Ser liberado de un campo nazi es un evento increíble. Todo ocurrió gracias a un hombre excepcionalmente valeroso y humano», escribió a la institución israelí Yad Vashem.
Revah no olvidó las acciones de su salvador y se dirigió a Yad Vashem para que Romero Radigales fuera honrado y reconocido como Justo entre las Naciones.
El diplomático español también intervino ante las autoridades alemanas para que liberasen a judíos del campo de detención de Haidari y guardó las pertenencias de algunos arrestados para asegurar de que fuesen devueltas a sus propietarios o a sus herederos legales después de la guerra.
Sus acciones iban más allá de sus deberes como diplomático y a menudo contradecían la política de su Gobierno.
Cuando se conoció que Romero Radigales iba a ser nombrado Justo entre las Naciones, el Ministerio de Asuntos Exteriores español celebró ese reconocimiento y explicó que supone para la memoria y familia del diplomático «un gesto de enorme valor simbólico». EFE