Libro y video documental rescatan del olvido la gesta de Magdalena Truel
Tuvo que pasar mucho tiempo para rescatar el valor de Magdalena Truel Larrabure, salvadora-heroína peruana que se unió a la resistencia civil francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Gracias a la investigación del periodista Hugo Coya, quien publicó el libro «Estación final», la vida de Madeleine Truel volvió a nuestros días en un documental de singular factura dirigido por Luis Enrique Cam.
Magdalena Truel luchó contra la ocupación nazi en Francia falsificando documentos para la resistencia. Fue capturada en 1944 y torturada sin éxito para que confesara. Falleció en el campo de concentración de Sachsenhausen en 1945.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg, ONG educativa dedicada a promover los valores de la solidaridad y coraje cívico, ha decidido distinguir a Magdalena Truel próximamente.
“Una gesta humanitaria como la de la señora Truel no puede pasar desapercibida. La Fundación Wallenberg reconocerá a esta silenciosa heroína, así como a quienes la han rescatado del olvido”, señalaron Baruj Tenembaum y Eduardo Eurnekian, fundador y presidente de la ONG, respectivamente.
¿Quién fue Magdalena Truel?
Veintitrés peruanos fueron víctimas del régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Sólo uno de ellos no era judío. Se llamaba Magdalena Truel.
Magdalena formó parte de la resistencia, en la Francia ocupada por los alemanes y, se sospecha, salvó directa o indirectamente de la muerte a decenas de judíos.
Su historia permaneció enterrada durante casi 65 años.
La señora Truel había nacido el 28 de agosto de 1904 en Lima, hija de un matrimonio de inmigrantes franceses. En un colegio de religiosas formó una profunda fe católica.
En 1924 viajó a París, y alternó sus estudios en La Sorbona hasta que estalló la guerra. En 1940 los nazis invadieron y tomaron el control de Francia.
A pesar de que pudo haber regresado a Perú, ya que tenía la nacionalidad, peruana y francesa y no era judía, permaneció en Francia para hacer algo contra toda la injusticia que veía a su alrededor.
Luego de un accidente de tránsito perdió una pierna y, a pesar de ello, se unió a la resistencia francesa y comenzó a ocuparse de un trabajo extremadamente peligroso: la falsificación de documentos.
El 19 de junio de 1944 fue arrestada por la Gestapo, torturada y recluida. “Solo ante Dios voy a responder”, dicen que respondía a los torturadores nazis.
A comienzos de 1945 fue deportada al campo de concentración de Sachsenhausen y murió el 3 de mayo de 1945 durante una de las “marchas de la muerte” organizadas por los alemanes para desalojar los campos, ante la inminente avanzada de los aliados.
Antes de ser enterrada, una de sus compañeras le puso su brazalete judío y otro colocó sobre su pecho geranios rojos y blancos, colores de la bandera del Perú. Su nombre aparece en el memorial de homenaje a todas las personas que fueron deportadas de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, frente a la Catedral de Notre Dame.