- Martin
Niemöller. Héroe de la resistencia alemana
Martin Niemöller es, quizás,
la figura emblemática de la resistencia alemana
al Tercer Reich. Había nacido en Lippstadt, Westphalia,
el 14 de enero de 1892. Fue teniente de un submarino durante
la Primera Guerra Mundial y por sus servicios recibió
la condecoración Pour le Mérite.
Finalizada la contienda dedicó sus horas al estudio
de la teología. En 1924 fue ordenado pastor. Entre
1931 y 1937 tuvo a su cargo la iglesia Berlín-Dahlem
y, como muchos otros alemanes protestantes, le dio la
bienvenida al nazismo cuando asumió el poder en
1933. Creyó, como creyó la mayoría
en un comienzo, que Hitler encarnaba el renacimiento del
nacionalismo alemán, mitología devaluada
por la derrota y los acuerdos de Versailles.
Su temprana autobiografía, 'Del submarino al púlpito´
('Vom U-Boot zur Kanzel'), de 1933, fue profusamente elogiada
por la prensa por sus ideas y prosa patrióticas.
Niemöller compartía con el régimen
nazi el desprecio por los comunistas y por la República
de Weimar sobre la cual él mismo decía que
sólo le había dado a Alemania ´catorce
años de oscuridad'.
Desencanto y desobediencia
Muy pronto, sin embargo, a comienzos de 1934, la ilusión
de Niemöller se desvaneció cuando Hitler subordinó
a la Iglesia Evangélica de Alemania con la colaboración
de Ludwig Müller, obispo del Reich. Se instauró
una suerte de neo-paganismo. El Antiguo Testamento fue
abandonado. Todos los pastores fueron obligados a jurar
lealtad al Reich bajo la consigna 'Un Pueblo, Un Reich,
Una Fe'. Quienes se opusieron a la aberración fueron
arrestados y muchos murieron en las cámaras de
gas. 'El Nacional Socialismo y el Cristianismo son irreconciliables',
repetía Martin Bormann, la sombra de Hitler.
Con el objeto de preservar la independencia de la iglesia
luterana de los avances del poder totalitario, Niemöller
fundó en 1934 la Liga Pastoral de Emergencia (Pfarrernotbund)
y asumió la conducción de la Iglesia Confesional
(Bekennende Kirche), movimiento opositor que se diferenció
claramente de los cristianos simpatizantes del nazismo.
En el marco del Sínodo General de mayo de 1934,
la Iglesia Confesional se declaró como la legítima
representante del protestantismo en Alemania y atrajo
a sus filas a más de siete mil pastores. A sabiendas
de cuáles eran los planes que la autoridad tenía
para él, Niemöller dijo en uno de sus últimos
sermones en el Reich: 'Debemos usar nuestros poderes para
liberarnos del brazo opresor de la autoridad así
como lo hicieron los Apóstoles de antaño.
No estamos dispuestos a guardar silencio por mandato del
hombre cuando Dios nos ordena hablar.'
Hitler, furioso por la actitud de abierta rebeldía
del otrora elogiado ministro de la fe, ordenó su
arresto el 1º de julio de 1937. Enjuiciado en marzo
de 1938, Niemöller fue encontrado culpable de acciones
subversivas contra el Estado y se lo condenó a
siete meses de reclusión y a pagar una multa de
dos mil marcos.
Luego de cumplir la pena, Niemöller continuó
practicando su tenaz desobediencia y fue nuevamente arrestado.
Esta vez la condena resultó más severa y
debió pasar siete años preso en el campo
de concentración de Sachsenhausen bajo la figura
legal de 'custodia protectiva' y, por órden de
Hitler, como 'prisionero personal del Führer'. Las
tropas aliadas lo liberaron en 1945. Ese mismo año
y durante una de sus clases, ya restituído a la
vida académica, un alumno, azorado por el relato
de Niemöller sobre lo sucedido en Alemania, le preguntó
cómo había sido todo eso posible. Luego
de meditar unos segundos, le respondió con el famoso
poema que inicia este artículo.
En 1947 fue elegido presidente de la iglesia protestante
en Hessen y Nassau, cargo que ocupó hasta su retiro
en 1964, a la edad de setenta y dos años.
Pacifista consumado, dedicó los últimos
años de su vida a predicar sobre el peligro de
las armas nucleares, actividad que lo condujo a múltiples
encuentros con políticos y organizaciones del bloque
soviético. Murió en Wiesbaden, el 6 de marzo
de 1984.
Buenos Aires y Berlín, ciudades hermanas
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg recuerda
a Niemöller y a su ejemplo de vida. Además
de las mundialmente conocidas figuras de la resistencia
alemana hubo otras muchas personas que, de una u otra
forma, desobedecieron flagrantemente el mandato del Tercer
Reich. Junto con el Centro de Estudios sobre Antisemitismo
de la Universidad Tecnológica de Berlín,
conducido por el profesor Wolfgang Benz y dirigido académicamente
por la Dra. Beate Kosmala, difundimos el producto de una
investigación que hasta el momento ha recabado
datos fehacientes sobre más de tres mil personas,
en su mayoría berlineses, que auxiliaron a judios
y otros perseguidos durante el imperio del Nacional Socialismo.
Por su parte, la Iglesia Evangélica de Alemania,
en una decisión sin precedentes, ha resuelto emplazar
en la Iglesia del Padre Nuestro de la capital alemana
(Vaterunser-Kirche) una réplica del Mural Conmemorativo
de las Víctimas del Holocausto. Este símbolo
de la reconciliación fue instalado en 1997 en la
Capilla de la Vírgen de Luján de la Catedral
Metropolitana por el Cardenal Antonio Quarracino, a instancias
de nuestra organización. Berlín será
así la segunda metrópolis en el mundo en
albergar un recordatorio de los asesinados en la Shoá
dentro de un templo cristiano, privilegio hasta ahora
ostentado sólo por la ciudad de Buenos Aires.
Nueva York, Marzo 2002
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