El intelectual francés Guy Sorman visitó en la catedral metropolitana, el único recordatorio del mundo dedicado a las víctimas del Holocausto instalado dentro de un templo católico.
La iniciativa estuvo a cargo de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, cuyos directivos Natalio Wengrower, Malkiel Tenembaum y Nicholas Tozer explicaron al visitante -previo a su encuentro con el presidente Fernando de la Rúa- el significado de una obra de arte sin precedentes en la historia de la relaciones judeo-cristianas. Se trata del mural conmemorativo de la memoria de los millones de asesinados en el Holocausto y de los muertos en los atentados a la embajada de Israel -1992- y a la AMIA -1994-.
El mural fue inaugurado el 14 de abril de 1997, por el entonces cardenal Antonio Quarracino. Tiene 1,80 metro de largo por 1,20 de ancho, y está compuesto por dos paneles de vidrio entre los cuales se sitúan hojas de rezo rescatadas de las ruinas de los campos de concentración de Treblinka y Auschwitz, así como del gueto de Varsovia.