Irene Kleber, nacida en 1893 , vivía sola en un apartamento grande ubicado en un sector burgués de Berlín. Trabajaba como empleada de una oficina de correo. Para poder solventar los gastos de la vivienda subalquilaba dos habitaciones. Sin embargo, durante los años de la guerra, sus inquilinos estaban casi siempre ausentes.
En marzo del 1943, una conocida se acercó a Irene Kleber y le pidío que arrendara una habitación a Charlotte y Waldemar Wagner y a la hija del matrimonio, Lissi. Aunque primero estaba insegura de tomar ese riesgo, finalmente les arrendó una habitacíon.
Durante las primeras semanas la familia permanecía siempre en su cuarto, pero en verano, de vez en cuando, salían del escondite. Un día alguien los reconoció en la calle y los denunció. El 23 de agosto de 1943 dos policías de la Gestapo fueron a la casa de Irene Kleber y le preguntaron por Waldemar Wagner. Irene negó conocerlo pero los agentes no le creyeron. Procedieron a registrar el apartamento y lo encontraron junto a su esposa e hija. Los tres fueron arrestados, deportados a Auschwitz y asesinados.
A pesar de que se trataba de un caso claro de ayuda a judíos perseguidos, Irene Kleber no fue perseguida por los organismos de justicia o policiales nazis.