Durante la Segunda Guerra Mundial, 15.670 personas no judías sacrificaron su vida para salvar a los hebreos perseguidos por los nazis: ellos fueron los justos gentiles, que tendrán su propio monumento-homenaje en la ribera porteña.
Los arquitectos Claudio Veckstein y Nora Vitorgan Maltz, por encargo de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, crearon un triángulo monumental: dos de sus caras conviven con el Río de la Plata y la tercera se vincula con el Parque de la Memoria.
Allí se pueden tomar varios caminos: una pasarela rodea el monumento; y un sendero formado por terraplenes de tierra lleva a una plataforma suspendida de hormigón, que mira hacia Jerusalén.
A través de una rampa, la gente llega a una capilla semienterrada, protegida por el monumento y con una pequeña raja en el techo que deja pasar algo de luz. En ese lugar se disponen asientos para que 200 personas puedan encontrarse y reflexionar.